La nueva defensa aérea de China provoca tensión en Asia y preocupación mundial

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Madrid. China no quiere desaprovechar la importancia que tiene en el mundo y en especial en Asia y los deseos de sus nuevos dirigentes de convertir al país como líder mundial pasan por ver cómo reaccionan sus vecinos y en especial EEUU, su máximo competidor, con el establecimiento de la nueva Área de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) en el mar de China Oriental, que han encendido las alarmas en la comunidad internacional.

Islas Senkaku / Diaoyu

Islas Senkaku / Diaoyu

Esta decisión de Pekín va en consonancia con una mayor firmeza en política exterior y asuntos militares del presidente Xi Jinping, que trata con su política de calmar al nacionalismo más ortodoxo y a la vez calibrar sus movimientos de cara a una serie de reformas que se han diseñado en el reciente plenario del XVIII del Comité del Partido Comunista de China (PCCh), consideradas claves para la modernización del país.

Pero la reacción de EEUU, por una parte, y luego la de Japón y Corea del Sur, por otra, además del resto de países de la zona ha ubicado al Gobierno chino a una situación compleja y difícil, pero lejos de que se llegue a un enfrentamiento militar, pese a que dos cazas de combate chinos siguieron a aeronaves japonesas, surcoreanas y estadounidenses que entraron en la nueva ADIZ creada por Pekín hace una semana.

No obstante, para evitar males mayores EEUU ha pedido a sus aerolíneas que notifiquen los vuelos que vayan a llevar a cabo sobre el nuevo espacio aéreo chino, cuyas coordenadas modificó la semana pasada, pero Japón ya ha advertido que no lo hará.

Por su parte, el Ejecutivo surcoreano pidió a China que modifique su nuevo trazado de defensa aérea ya que se oculta con la de Corea del Sur y cubre la isla sumergida de Leodo, bajo soberanía de Seúl, pues el nuevo mapa de la ADIZ se adentra unos 3.000 kilómetros cuadrados en el espacio aéreo surcoreano, según fuentes oficiales.

La nueva “guerra fría” del Pacífico no perdurará largamente a raíz de los muchos intereses económicos existentes, incluso la visita que inicia esta semana el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, a Tokio, Pekín y Seúl, contribuirá a aportar claridad y sensatez al asunto y así reforzar la cooperación entre las partes, sobre todo cuando Washington trata de contentar a todos sabiendo que China es la mayor acreedora de deuda estadounidense.

Lo que está claro es que la nueva ADIZ china, que incluye las disputadas islas Senkaku/Diaoyu, controladas por Tokio desde 1972 y cuya soberanía reclama Pekín, causó la inmediata queja de Japón y otros países como Corea del Sur, EEUU o Australia, que consideran que la decisión incrementa la tensión en la región, sobre todo entre chinos y nipones cuyas relaciones están tensas desde el otoño de 2012 por la disputa de estas islas.

El problema de las islas, llamadas Senkaku por Japón y Diaoyu por China se originó cuando en septiembre de 2012 el Gobierno nipón compró a un particular japonés tres de los islotes por 20,7 millones de euros, lo que originó violentas protestas en varias ciudades del país vecino contra intereses japoneses en China y afectó durante meses al comercio bilateral entre los dos países. El archipiélago, formado por cinco islas deshabitadas y tres rocas y de apenas 7 kilómetros cuadrados, podría albergar importantes reservas de hidrocarburos y de pesca.

Hasta hace poco el mundo se habituó a los ataques de EEUU con aviones teledirigidos en Afganistán, Pakistán y Yemen, pero ahora China y Japón tienen también su propia guerra particular no declarada oficialmente como son las fuertes inversiones que ambos países hacen en aviones no tripulados con una serie de innovaciones tecnológicas que pueden contribuir a aumentar la probabilidad de que se pudieran dar acciones militares, lo que socavaría la definitiva recuperación económica.

Estados Unidos ha desarrollado una nueva estrategia de defensa para el siglo XXI, donde planea tener el 60 por ciento de su flota naval en el Pacífico para 2020, con nuevas inversiones y mayores capacidades, lo que también inquieta a China y refuerza el objetivo de Washington de no permitirle que se convierta en el “amo” de la zona.

Pekín viene  criticando desde hace tiempo a EEUU por el aumento de su presencia militar en la región, pero los deseos del primer ministro nipón, Shinzo Abe, de que su país ejerza cada vez más un papel activo e importante en el mundo, con un ejército permanente, no sólo supondría tensiones a China sino también a Corea del Sur por disputas territoriales.

A los nuevos dirigentes chinos no les gusta una gran presencia de EEUU en la región, ya que la interpretan como un intento de contener el ascenso de China que a su vez obstaculiza su crecimiento, pero muchos de los países de la zona temen que la actual expansión económica y militar de China se convierta en una especie de amenaza para sus intereses y su independencia, de ahí que EEUU siga planificando su orientación estratégica política-económica-militar con países como Corea del Sur, Japón, Filipinas e incluso Australia, lo que molesta a Pekín.

Pero tanto Shinzo Abe como la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, saben que la alianza con Estados Unidos es y seguirá siendo el elemento central de la seguridad regional y también un elemento de estabilidad para la zona.

Japoneses y surcoreanos coinciden en no aceptar el nuevo espacio de defensa aéreo chino, pero EEUU, que está al lado de Seúl y Tokio en esta disputa con Pekín, conoce la beligerancia existente sobre las islas Dokdo/Takeshima, gobernadas por Seúl pero reclamadas por Tokio y que en cualquier momento Washington tendrá también que intervenir con su propia iniciativa.

China y Japón, la segunda y tercera economía mundial, tienen cada vez más interdependencia la una de la otra. Por un lado, China necesita la tecnología japonesa y el valor añadido de una economía madura y, por otro, Japón requiere de un mercado chino ávido de consumismo y de una mano de obra con la que abaratar los productos japoneses y convertirlos en más competitivos.

Y en medio está una economía fuerte como la surcoreana que vende más a Pekín que a EEUU, por lo que cualquier conflicto a causa de las disputas de las islas traería para todas las partes graves consecuencias. Sólo los PIB de China, Japón y Corea del Sur totalizaron en 2012 hasta 15 billones de dólares, lo que supuso el 20 por ciento del total mundial registrado y un 70 por ciento del de Asia. Pero también sabe muy bien Seúl de la importancia de sus buenas relaciones con China en su eterno conflicto con Corea del Norte, pues Pekín es clave a cualquier solución en la península coreana.

Lo que es evidente que una serie de países involucrados en las disputas territoriales no están dispuestos a permitir movimientos para cambiar el “status quo” por la fuerza». China tiene disputas territoriales con varios países miembros de la Asean, en especial con Filipinas y Vietnam, en el mar de China Meridional.

Luego están Brunei, China, Filipinas, Malasia, Taiwán y Vietnam que reclaman total o parcialmente su soberanía sobre las islas Spratly,  mientras que Hanoi y Pekín se disputan el control de las Paracel, ambos archipiélagos asentados sobre reservas de petróleo y gas natural.

La guerra “mediática” por el control de todos estos islotes, diminutos y casi deshabitados, ricos en materias primas, no ha hecho más que comenzar, ahora veremos el alcance que puede suponer si se llega a un conflicto militar que se me antoja bastante improbable pese a que cada uno quiere llevarse parte del botín.

En suma, las islas Senkaku/Diaoyu se han convertido en una maniobra perfecta de los grupos más nacionalistas de chinos y japoneses con un crecimiento del militarismo y ambas partes las consideran fundamentales para sus intereses geopolíticos con sus diferentes argumentos históricos.

Santiago Castillo, periodista y escritor, experto en asuntos del Nordeste asiático

www.asianortheast.com

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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4 Respuestas

  1. 9 diciembre, 2013

    […] Estados Unidos no quiere un conflicto con China a causa de las islas en disputa con Japón tras la decisión de Pekín de crear la nueva defensa […]

  2. 14 diciembre, 2013

    […] tenía fuertes lazos con China y dirigía por parte norcoreana una zona económica especial conjunta con el “gigante […]

  3. 3 febrero, 2014

    […] Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) en el mar de China Oriental incluyó las disputadas islas Senkaku/Diaoyu, controladas por Tokio desde 1972 y cuya soberanía reclama […]

  4. 9 septiembre, 2014

    […] Precisamente, Japón calificó días previos a la visita de Modi, que lo dos países “como las mayores democracias en Asia” en la importancia de reafirmar un orden marítimo estable y pacífico, en clara referencia a las crecientes actividades de Pekín en los mares de la China Meridional y en los de la China Oriental. […]

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